martes, 25 de mayo de 2010

¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO EN EL DESARROLLO HACIA LA PAZ?


El camino para alcanzar la paz va de la mano de los avances en el desarrollo. En Colombia, la desigualdad económica y política deben ser aspectos centrales en la construcción del desarrollo para que éste contribuya a la superación de la violencia y se creen las condiciones para una paz sostenible y duradera.
Cuando Elena llega a su casa en Altos de Cazucá, Soacha, después de un día de rebusque, con 13 mil pesos y algunas frutas para atender a sus 5 hijos sabe que no trae lo suficiente, pero que con eso tendrán que defenderse. Ella y sus hijos hacen parte de esa población que los expertos consideran el eje central en torno al cual debe girar el desarrollo enfocado hacia la paz.
“Hay alrededor de un 70 por ciento de la población, entre pobres, indigentes, víctimas del conflicto y otros, que no se sienten parte de un proyecto de país porque son excluidos y no encuentran en esta sociedad las oportunidades mínimas de empleo, de educación, de protección, de participación y de desarrollo integral. Los millones de desplazados son la punta del iceberg”, afirma Rodrigo Quintero, vicepresidente operativo de la Fundación Social. Por eso, dice, “jalar la punta del hilo del desarrollo para avanzar hacia la paz comienza por hacer a estas poblaciones parte del país".
Y es que conflicto y desarrollo humano están estrechamente relacionados en un círculo vicioso, escribe Frances Stewart, directora del Centro de investigación en inequidad, seguridad humana y etnicidad de la Universidad de Oxford: “un conflicto armado es la mayor amenaza para el desarrollo humano (Ver Violencia armada y desarrollo). Ocho de los 10 países con más bajo índice de desarrollo humano han estado o están en guerra. Al mismo tiempo, la falta de desarrollo humano es una causa importante de los conflictos armados”.
Esa situación no es ajena para Colombia. “Para pensar un desarrollo orientado hacia la paz es necesario empezar a aceptar que hay causas objetivas de la violencia, como la mala distribución de la riqueza, de los ingresos y de la tierra, que deberían ser el centro de nuestra búsqueda en el desarrollo”, dice Jorge Iván González, director del Centro de Investigación para el Desarrollo, CID, de la Universidad Nacional.
Además de la desigualdad económica, “no hay que olvidar que tenemos una historia de violencia política que se ha desatado reiteradamente como consecuencia de acciones de exclusión política”, afirma José Fernando Isaza, rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Para Isaza, la violencia ha sido la consecuencia de procesos de persecución política que se desarrollan en un contexto de desigualdad económica: “La exclusión económica es un fermento, pero el catalizador es la exclusión política”.


http://www.revistadesarrollohumano.org/temas95.asp

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