martes, 25 de mayo de 2010

DESARROLLO SOCIAL. LAS PERSONAS PRIMERO.



Para que el desarrollo sea sostenible, es fundamental alcanzar un equilibrio entre las necesidades de las generaciones presentes y las del futuro. Cómo alcanzar este equilibrio es hoy día motivo de creciente preocupación en todo el mundo. Los tres fundamentos de la sostenibilidad, el económico, el ecológico y el sociopolítico, son el tema central de los debates sobre crecimiento y reducción de la pobreza. Así, la sostenibilidad social es un elemento indispensable para alcanzar un desarrollo de largo plazo a favor de los pobres.
El desarrollo social adopta una perspectiva que se centra en la necesidad de dar prioridad a las personas en los procesos de desarrollo. Los mismos pobres nos han dicho que la pobreza es más que sólo un ingreso bajo: también se trata de vulnerabilidad, exclusión y aislamiento, instituciones que no rinden cuentas y un sentimiento de impotencia general. De esa manera, para superar la pobreza no se trata de sólo imponer las políticas económicas adecuadas, sino también de promover el desarrollo social, que da autonomía a las personas a través de la creación de instituciones y sociedades más inclusivas, cohesivas y responsables.
El enfoque integrador del desarrollo social es esencial para el trabajo que aborda algunas de las preguntas más difíciles de responder para el Banco Mundial: ¿Cómo puede el desarrollo contribuir a tener una sociedad más pacífica? ¿Cómo pueden las sociedades adaptarse de manera proactiva al cambio climático? ¿Cómo pueden los pueblos indígenas lograr la igualdad de condiciones para definir su propio camino hacia el desarrollo? ¿Cómo puede el desarrollo promover la responsabilidad de los gobiernos ante sus ciudadanos? Para contestar estas preguntas, se requiere que los departamentos del Banco colaboren intensamente entre sí y aún más con las personas de países en desarrollo que viven día a día afrontando esos desafíos.
Para el Banco Mundial es indispensable contar con análisis rigurosos de la realidad social para cumplir su mandato de reducir la pobreza. En el plano mundial, este conocimiento es la base de su entendimiento de los procesos de cambio político y social que traspasan las fronteras, como la migración, los conflictos y los efectos sociales del cambio climático. En el plano nacional, estos análisis son necesarios para comprender el contexto local de los países donde trabaja la institución con el fin de identificar las principales barreras sociopolíticas que impiden la reducción sostenible de la pobreza. Finalmente, en el plano más local, es necesario asegurarse de que la gente pobre reciba el máximo de beneficios de los proyectos y políticas que ejecuta el Banco. Además, la perspectiva del desarrollo social centra su atención en proporcionar un entendimiento de los riesgos sociales y políticos que pueden obstruir el avance de las intervenciones de desarrollo y ahuyentar a los inversores. También tiene en cuenta la importancia de identificar los efectos adversos durante la elaboración y ejecución de los proyectos.

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